Un día en la Residencia de Estudiantes
Era un dia normal en la Residencia. Me despertaba por la mañana tranquilamente con mis mejores amigos Dalí, Lorca, Luisito. Fuimos a desayunar, había tocino con huevos revueltos como todos los viernes, después tocaba ir a cambiarse, ducharnos… Nos tocaba un día duro con matemáticas, física, plástica, y ciencias por delante pero ahí no acaba todo. Por la tarde había una hora y media de gimnasia. Todos los viernes salíamos a hacer alguna actividad física y esta vez tocaba cross, correr por el bosque, era lo que más odiábamos.
Al medio día nos pusieron carne en la comida y nos dijeron que era muy fresca, algo que nos sonó raro ya que siempre venía en latas de conserva. La empezamos a comer y sabía muy rara, estaba como con restos de sangre, muy blandita y muy muy fresca, tal y como nos habían dicho.
Por la tarde comenzaba lo peor del día, gimnasia, tal y como nos dijeron salimos a correr e íbamos los 3 juntos como siempre, atrás del todo, intentado seguir el ritmo de los demás.
Cuando por,fin acabamos nos fuimos a duchar para ir a cenar y después a dormir, pero nos dimos cuenta de que faltaban 2 niños, Alex y Ricardo. Preguntamos por ellos a los otros pero no sabían nada, así que preguntamos a los profesores y nos dijeron que se habían ido con unos familiares, lo cual nos extrañó porque no había pasado nunca antes.
Según pasaban las semanas más niños se “iban con sus familiares” y además 3 semanas seguidas haciendo cross en gimnasia entonces un día fuimos a investigar. Cuando empezó la clase de gimnasia, Dalí y yo nos quedamos escondidos en la residencia, vigilando y Luis y Lorca fueron a la clase.
A los 45’ nos sorprendió una cosa que no podíamos creer. Eran Lorca y Luis, pero no estaban solos sino que los iban agarrando 2 profesores dirección a la cafetería. Rápidamente los seguimos sin que se dieran cuenta y cuando entramos era tarde. No podíamos respirar, nos pegó un vuelco al corazón, Lorca y Luis estaban descuartizados y preparados para ser comidos.
Nos fuimos a la habitación, cogimos una mochila y 5 cosas cada uno. Yo cogí una manta, un peluche, calzoncillos, calcetines y una camiseta y nos fuimos sin que nos vieran.
Informamos a la policía y nosotros nos fugamos lejos para no volver, sin poder pensar con claridad, tan solo, pensando en Luís y Lorca.