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Narración del acto 3 de La casa de Bernarda Alba

Se encontraron Prudencia y Bernarda, las cuales decidieron entablar conversación, ya que no se veían nunca. El tema principal fue el marido y la hija de Prudencia, de los cuales no habló muy bien, y le contó a Bernarda que el lugar en el que se refugiaba era la iglesia, allí nadie la molestaba.


De repente se oyó el ruido de un caballo que tenían, y cambiaron de tema. Seguidamente intervino Poncia alterada, que también había escuchado al caballo, y se unió a la conversación, junto a Angustias, Amelia, y Magdalena. Pero la conversación cogió un rumbo diferente, y empezaron a hablar sobre el casamiento de Angustias, y Pepe, el cual vendría a pedir su mano dentro de tres días. Angustias enseñó el anillo de perlas que le había regalado su futuro marido y aprovechó el momento para sentirse la protagonista entre todas sus hermanas.


Cuando ya empezó a hacerse tarde, y el sonido de las campanas confirmaron la hora, Prudencia decidió irse a dormir, y se despidió de las demás. Todas las hermanas junto a Bernarda, se levantaron de la mesa, y por un momento, Adela intentó escaparse hacia el portón a solas, pero Amelia y Martirio optaron por acompañarla, cosa que no le hizo nada de gracia a Adela – había un secreto en aquel portón-.


Mientras, Bernarda y Angustias se quedaron hablando, sobre el problema que hubo con Martirio la anterior noche. Pero la futura esposa, se negó a perdonar a su hermana. Seguidamente, se pusieron a hablar de cómo iba la relación con Pepe, y Angustias explicó que creía que le ocultaba cosas, y que no se sentía lo contenta que debería de estar. Pero Bernarda la obligó a no preguntar nada, para que no llorara más. De repente intervinieron Adela, Martirio y Amelia, que ya habían vuelto de su paseo nocturno. Y entonces Angustias decidió irse a dormir, ya que Pepe no venía.


Finalmente todas decidieron irse a dormir también, y se quedaron a solas Bernarda y Poncia, que se pusieron a hablar sobre cómo estaba educando Bernarda a sus hijas, y sobre la poca libertad que tenían. Hasta que Bernarda se cansó y se fue a dormir.


Adela se escapó de nuevo por el portón, pero Martirio decidió que no se saldría con la suya, y la siguió, despertando a sus hermanas y a su madre, Adela al verse delante de aquella situación, descubierto su amor por Pepe, el futuro marido de su hermana, decidió suicidarse.

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