Relato de la infancia de Pepín Bello
Pepín Bello fue siempre el único de los ocho hermanos que parecía que vivía en otro mundo. Nunca se comportaba como ellos, era un chico tranquilo y muy pacifico, al contrario que los demás. En su familia pasaba bastante desapercibido, incluso había veces en las que sentía que era invisible, ya que sus padres no paraban a escucharle.
Su sueño, era ser fotógrafo, y todo venia porque su buena memoria no le era suficiente para recordar todos las cosas que veía o le gustaban. Él quería asegurarse de poder volver a revivir a la perfección esos momentos, cosa que podría hacer con las fotografías. Pero para su desgracia no fue así, sus padres no quisieron que Pepín se dedicara a las Bellas Artes. Pensaban que nunca se ganaría bien la vida. Le obligaron a estudiar medicina, no le dejaron escoger, hasta le consiguieron una esposa para que se casara y tuviera hijos.
Podría decirse que le planificaron la vida entera, y así fue tal y como fue. Años después, Pepín ya era médico y estaba casado, como quisieron sus padres. Pero aun así, una vez a la semana, conseguía escaparse para ver la puesta de sol, o mejor dicho, fotografiarla, como él siempre quiso, aunque eso fue un secreto.