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Narración

Prudencia se levanta con intención de irse de casa de Bernarda, Bernarda se lo impide y Prudencia pregunta si han dado el ultimo toque para el rosario. Bernarda contesta que no y Prudencia se sienta, Bernarda y Prudencia empiezan a hablar sobre la vida de Prudencia, su marido no es capaz de perdonar a sus hermanos ni a su hija y ella lo está pasando mal, Bernarda cree que hace bien en no perdonarla y que es un verdadero hombre y que cuando una hija desobedece no se debe tratar como hija ya.

Prudencia explica que ella no se quiere meter, que deja correr el agua y que ya se le pasará todo, que ella se centra en ir a la iglesia pero como se está quedando ciega tendrá que deja de ir. De repente, se oye un fuerte ruido en los muros de la casa, es el caballo que está encerrado y empieza a dar coces contra el muro. Bernarda manda que lo saquen al corral y le explica a Prudencia que al amanecer le echaran a las potras nuevas. Bernarda, con ayuda de La Poncia, halaga la manada de caballos que tienen, que es la mejor de los contornos aunque esté baja de precio. Bernarda se enfada con los gañanes porque no le han hecho caso a la primera y el caballo sigue dando golpes al muro.


Cuando Bernarda vuelve a la mesa, Adela se levanta por agua y Bernarda la hace sentar y pide un jarro a las criadas. Prudencia pregunta sobre el estado en el que está la boda de Angustias. Bernarda le explica que vienen a pedirla en tres días. Hay un lío en la mesa con la sal y Prudencia pregunta si ya le han regalado el anillo. Angustias se lo enseña y Adela hace un comentario poco apropiado al momento, despreciando el anillo y pidiéndolo de diamantes. Prudencia pregunta por los muebles regalados y le dicen que ya se los enseñarán otro día, ya que ha sonado el último toque del rosario y se tiene que ir a casa. Todas la despiden en la salida.


Todas se levantan y Adela se va a andar para estirar las piernas, Magdalena se sienta y las demás hermanas van con Adela

Bernarda habla con Angustias para que perdone a su hermana por haber cogido el retrato de Pepe, Angustias entiende que Bernarda quiere armonía familiar y la perdona. Angustias le cuenta a Bernarda que ve a Pepe distraído normalmente y que le habla pensando en otra cosa. Bernarda aconseja a Angustias y siguen hablando sobre Pepe, cuando acaban llama a las demás hermanas para que vayan ya a la casa y a dormir.

Adela se queda hablando con Bernarda, Amelia y Magdalena hasta que se van a dormir todas menos Bernarda, que se queda hablando con La Poncia sobre los malos rollos que hay en la casa que Bernarda no ve pero La Poncia sí y se pelean cada vez por lo mismo. Bernarda acusa a La Poncia de ver cosas que no hay, pero Bernarda es la que no ve lo que pasa, porque lo único que quiere es que los vecinos no hablen mal de la familia y que nadie sepa nada sobre sus hijas.


Bernarda se va y se quedan las criadas hablando sobre Bernarda, creen que es una ingenua y que no sabe cómo están sus hijas ni se preocupa por su estado. Las criadas creen que Adela está decidida a hacer lo que sea por Pepe y las demás la vigilan. En realidad es una pelea entra todas por Pepe. Las criadas acaban de hablar y se van a dormir justo cuando Adela sale a beber agua, los perro se pusieron a ladrar y de repente sale María Josefa cantando:

Ovejita, niño mío,

vámonos a la orilla del mar.

La hormiguita estará en su puerta,

yo te daré la teta y el pan.

Bernarda,

cara de leoparda.

Magdalena,

cara de hiena.

¡Ovejita!

Meee, meee.

Vamos a los ramos del portal de Belén.(Ríe)

Ni tú ni yo queremos dormir.

La puerta sola se abrirá

y en la playa nos meteremos

en una choza de coral.

Bernarda,

cara de leoparda.

Magdalena,

cara de hiena.

¡Ovejita!

Meee, meee.

Vamos a los ramos del portal de Belén!


Maria Josefa se va mientras sigue cantando y entra Adela en el corral. También sale Martirio y se encuentra con María Josefa que no se acuerda de quién es Martirio y la intenta enviar a la cama, pero Maria Josefa empieza a desvariar sobre la oveja y sobre su vida y la de ellas con Pepe el romano, Martirio la manda a la cama llorando y diciendo que luego la abrirá.


Martirio baja a la puerta del corral e interrumpe a Adela llamándola desde fuera del corral. Adela dice que no quiere dejar a Pepe y Martirio la amenaza con que lo va a contar todo, que ese hombre no ha venido por ella sino por la mano de otra y que eso no es de ser una mujer honrada. Adela sabe que Pepe le quiere a ella porque es la más joven y guapa de las hermanas, pero las tierras las tiene Angustias.

Martirio le deja claro que Adela se ha atravesado en una relación y que no es bueno, pero Adela cree que él le quiere a ella y ella también lo quiere. Adela intenta abrazar a Martirio y consolarla pero Martirio está enfadada con ella y la aparta, Adela le confiesa que Pepe la lleva a los juncos y que después de haber probado el sabor de su boca no aguanta más en esa casa. Le explica los planes de futuro que tiene con el y que podrá verla cuando él quiera, que se irá a una casita sola y Martirio se lo prohíbe.

Se oye un silbido y Adela quiere volver pero Martirio se lo impide. Empieza a llamar a Bernarda, la cual aparece enfadada y preguntando qué pasa, Martirio le cuenta que Adela estaba con Pepe y Bernarda saca la escopeta y dispara. Le dice a Adela que Pepe está muerto, Adela se va corriendo y llorando y se encierra en una habitación. Bernarda coge un martillo para abrir la puerta de Adela.


Al entrar da un grito y sale de la habitación, todas echan a llorar y Bernarda jura venganza a Pepe y manda que descuelguen a Adela y que digan que ha muerto virgen, avisa a sus hijas de que no quiere llantos y que acepten la muerte las lagrimas para cuando estén solas.

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