#miSinsombrero
Mi Sinsombrero se llama Ainara. La puedo considerar como tal por no rendirse a la primera de cambio y su espíritu luchador ante las dificultades que aparecen en su vida.
Ella nació en 1979, en una ciudad llamada Bilbao. Desde pequeña tuvo que estar separada de sus padres y de algunos de sus seis hermanos, ya que sus padres la metieron interna en una residencia de monjas junto a una hermana fuera de la ciudad. Ahí lo pasó bastante mal ya que entró con diez años y no salió hasta los dieciséis. Echaba de menos a su familia y el llevar una vida normal como las demás niñas. Cuando por fin salió, se puso a trabajar mucho para poder pagarse un lugar donde vivir y sus propios gastos. Trabajaba sin parar, para así poder sacar de la residencia a su otra hermana pequeña, ya que no quería que siguiese pasándolo como lo había estado pasando estos años, y quería darle su cariño de la manera más cercana.
Siempre ha sido muy servicial y generosa con los que la rodean. A veces no ha tenido suerte con la gente que se ha cruzado por su camino. Ya que algunas veces cuando mejor te portas con los demás peor te lo pagan. Tuvo una hija y un hijo siendo muy joven, ya que se enamoró de la persona equivocada y los tuvo que sacar adelante ella sola. Pero no pensó en rendirse ni un solo momento y trabajaba sin parar para poder dar una infancia bonita a sus hijos y que no tuvieran que acabar en un lugar parecido en el que ella tuvo que permanecer.
Ha sufrido mucho en su vida por ser muy buena persona y esperar la misma moneda de cambio que ella entregaba. Siempre ha educado a sus hijos dando ejemplo de honradez y enseñandolos a que la venganza no es buena, en general, guiándolos por el camino correcto. Ellos tienen un carácter más fuerte que el de ella, pero pese a eso han aprendido de su manera de ser muchas cosas, aunque a veces han reaccionado de manera contraria al ver que el ser tan buena persona le ha llevado a mucho sufrimiento por personas que han querido pisarla.
Y pese a la rebeldía de su hija en la adolescencia, ha sabido sacarla adelante con paciencia y enseñarle las cosas verdaderamente importantes en la vida.
Nunca se rindió en las adversidades, y aunque ha habido veces que ha padecido problemas, tanto familiares, como económicos siempre ha sabido levantarse, mirar hacia delante y luchar por sus dos hijos y por ella misma.
Ella, para mí es la mujer más maravillosa que existe, mi ejemplo a seguir en muchos aspectos.