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De Fernando de Rojas a Eduardo Mendoza
Poetas barrocos
La guerra de los mundos
Confinado en la UVI del agobio,
por culpa de una bilis maniquea,
condenado a bailar con la más fea
que no es mi Dulcinea y tiene novio.
Furtivo de la orilla de la lumbre,
del polvo enamorado del Quevedo,
provocando, por falta de costumbre,
las cornadas del hambre y las del miedo.
Vagabundo sonámbulo en la rama,
maletilla sin sitio en el albero,
desahuciado del lado de tu cama.
Pegado al transistor, no sea que nadie
la guerra del mundo y el cartero
llame dos veces y no le abra nadie.
JOAQUÍN SABINA: Ciento volando de catorce. Visor.
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