
Literatura italiana
Claus de lectura d'Afirma Pereira (1994)

ALENTEJO
BUÇACO
COIMBRA
LISBOA
PAREDE
PORTALEGRE
PÓVOA DO VARZIM
SETÚBAL
VILA FRANCA
Sostiene Pereira (1996)
DIRECCIÓ: Roberto Faenza
GUIÓ: Roberto Faenza, Sergio Vecchio, Antonio Tabucchi
MÚSICA: Ennio Morricone
Fotografia: Blasco Giurato
ACTORS: Marcello Mastroianni, Joaquim de Almeida, Daniel Auteuil, Stefano Dionisi,Nicoletta Braschi, Marthe Keller
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Sostiene Tabucchi
El libro narra una toma de conciencia, pero no se centra exclusivamente en eso; es uno más de sus aspectos. Yo diría que se trata sobre todo de una novela existencial: si acaso, es más bien la historia de una conciencia que se atormenta, de un arrepentimiento que afecta a toda la vida del protagonista, quien se interroga sobre su pasado, siente la necesidad de arrepentirse y no sabe de qué. En el curso de tal revisitación, de este replanteamiento de toda una existencia, y a través de la mortificación y el tormento consiguientes, acaba por producirse también una toma de conciencia política, pero se trata sólo de un aspecto más entre los muchos que se desencadenan en el personaje. Otros son, por ejemplo, el deseo de haber vivido un pasado distinto y también la puesta en discusión de la validez y de la eficacia de la literatura, hasta su mismo sentido, por parte de alguien que ha estado muy unido a ella, que ha basado incluso en la fe en la literatura. Es una novela que habla de muchas cosas y no solo del tema político, aunque no tengo inconveniente en reconocer su importancia en un libro come este.
Hay también una serie de homenajes, si se quiere, a una serie de escritores que aprecio mucho, especialmente a los escritores franceses que se atrevieron a hablar y a tomar partido durante la guerra civil, y en particular a Bernanos y Mauriac, autores de magníficas novelas sobre el compromiso. En realidad, esta cuestión del compromiso en la literatura es bastante compleja, porque ha dado lugar a numerosas malas novelas. El compromiso ideológico, explícitamente ideológico, ha producido pésimas novelas. Baste pensar en la literatura soviética. Hay otros escritores, por el contrario, que no se han comprometido únicamente desde un punto de vista ideológico, sino desde un punto de vista humano también, contemplando la historia como un enorme organismo, y dando gran importancia a la vertiente humana de la misma, con todo lo que ello comporta de indagación en el sufrimiento, la solidaridad, el sacrificio, etcétera. Estos autores han sido capaces de escribir magníficas novelas, y la mía pretende ser fundamentalmente un homenaje a ellos.
Me he centrado en la literatura francesa a propósito; hubiera podido mencionar a autores de otras nacionalidades que estimo mucho y que se comprometieron también durante la guerra civil española, como Orwell, por ejemplo, autor del bellísimo Homenaje a Cataluña. Lo que sucede es que durante los años treinta, en los que está ambientada la novela, Portugal era un país de cultura francesa principalmente. Los intelectuales, los escritores, hasta los periodistas como Pereira, recibían las noticias, la cultura los libros en su mayor parte a través de Francia. Culturalmente, Inglaterra no existía en su esquema mental. Para caracterizar la formación y los gustos del protagonista no he tenido más opción que hacerle francófilo, un amante de la cultura francesa.
En el Portugal de la década de los treinta se había consolidado una cultura cosmopolita, que fue brutalmente reprimida por la censura oficial, ya que el salazarismo, al igual que el franquismo, era una dictadura de carácter nacionalista. He intentado reflejar cómo en aquellos años el espíritu de Europa se concentraba especialmente en la península ibérica, convertida en una verdadera encrucijada donde se mezclaban personas de numerosos países en las Brigadas Internacionales y se contraponían la barbarie y la solidaridad.
Yo creo que el testimonio de Pereira está dirigido en última instancia al lector. La novela pretende ofrecer un testimonio simbólico: el testigo Pereira refiere una experiencia propia, el mes crucial de su vida, el de agosto de 1938, a alguien, pero ¿a quién? No se sabe. Ello ha suscitado muchos interrogantes por parte de la crítica, que ha propuesto varias soluciones: Pereira puede estar dirigiéndose a un magistrado, a un policía, a otro periodista... Yo diría que Pereira testifica delante de una Autoridad, con mayúscula, que sin duda posee un carácter simbólico, o metafísico, si se quiere; tal vez, en resumidas cuentas, no sea más que el lector, puesto que este es el último referente y el único verdadero. Pereira efectúa su testimonio ante ti, lector, a través de mí, que cumplo el papel de médium.
Podríamos decir que es una novela de formación al revés. En vez de mostrar el proceso formativo de un joven, como hubiera sido lo normal, mi novela ilustra la formación de un viejo. Además, mientras generalmente los jóvenes son influenciados en dichos procesos de formación por las personas maduras, que poseen la autoridad y la experiencia, aquí la situación se invierte y es la juventud la que influye sobre la vejez. He pretendido mostrar cómo la irrupción de la vitalidad y de la juventud en la vida de un anciano puede llegar a subvertirla.
Fragment adaptat de
Conversaciones con Antonio Tabucchi, de Carlos Gumpert, 1995
Els escriptors d'Afirma Pereira
Temes d'interès
“Nosotros hacemos un periódico libre e independiente, y no queremos meternos en política”, sostiene Pereira al explicar la postura de su diario, que es la de muchos diarios. Convence al joven Monteiro Rossi para que sea su ayudante. Pereira, viudo y cardiópata, es un periodista veterano que, después de haber trabajado 30 años en la sección de sucesos de un gran rotativo, ahora se ocupa de la página cultural del diario Lisboa. Modesto, aunque con un gran futuro, Lisboa es un vespertino que se dedica principalmente a “noticias propias de la prensa del corazón”.
Aquest documental recorda la història paral·lela dels dos dictadors.
Franco i Salazar van ocupar un llarg i trist capítol en la història dels seus respectius països. Francisco Franco (1892-1975) va portar amb duresa les regnes d'Espanya. Antonio d'Oliveira Salazar (1889-1970) va governar Portugal sota un règim dictatorial entre 1932 i 1968. Dos governants que van coincidir en el temps en la península Ibèrica.
[...] El problema clau de la seva poesia és el dels heterónimos, que no són pseudònims, sinó personatges reals distints d’ell. Per a crear la pròpia imatge, li cal crear personatges distints, imaginant-ne la biografia i l’horòscop, independitzant-los, per elaborar després una obra poètica distinta de la pròpia, fins al punt que el Pessoa que publica amb el seu propi nom és també un heterònim. Entre els diversos heterònims hi ha relacions d’afinitat i de rebuig i derivacions que impliquen una relació de magisteri. [...]
Todos los días, al inicio de la tarde Fernando Pessoa se dirigía a la Baixa para ocupar unas cuantas horas en la actividad que le daba de comer, que no era otra cosa que elaborar y traducir correspondencia comercial para algunas firmas a las que prestaba sus servicios. El itinerario pessoaniano por las calles de la Baixa pombalina lisboeta se convierte en un universo en el Libro del Desasosiego, que refiere cada calle como la imagen literaria personal de la ciudad. A partir de los textos del autor es posible elaborar una geografía urbana de Lisboa, de la Lisboa más cercana a Pessoa. Escenarios cotidianos que formaron parte de la rutina diaria, las oficinas en las que trabajó, las numerosas casas en las que vivió, los cafés, los restaurantes.
Sostiene Lisboa que a menudo se veía al autor de Tristano muere reclinado sobre la baranda del Mirador de São Pedro de Alcântara, como si la contemplación de la silueta árabe del Castelo de São Jorge, o del mismo río Tajo que durante siglos condujo barcos coloniales hasta las costas de tres continentes, le recordara el país que había perdido para ganar otro, o la ruta de lengua que era capaz de unirlos a ambos. Era allí arriba, en el barrio de la Alfama, donde vivía su personaje más célebre, Pereira: hay que imaginarlo, digno y sudoroso, subiendo hasta el último portal de la Rua da Saudade, esa calle a la que Antonio Tabucchi dedicó uno de los artículos reunidos en el volumen misceláneo Viajes y otros viajes.